GRAN LOCRO SALTEÑO


Alabado sea Jesucristo

ADORACION AL SANTISIMO


El consejo parroquial de la Acción Católica de Bca te invita a adorar al "SANTISIMO SACRAMENTO DEL ALTAR"; CENTRO DE NUESTRA VIDA; MANANTIAL INAGOTABLE DE DONDE BROTAN LAS GRACIAS NECESARIAS PARA NUESTRA MISION.
EL nos espera para que lo adoremos, para agradecerle y pedirle lo que necesitemos para nosotros y para nuestros seres queridos.
 
TE ESPERAMOS EL JUEVES DE 20.00 A 21.00 HS !

PD: Organiza Acción Católica abierto para todos los que quieran participar.

Alabado sea Jesucristo

EMPIEZAN LAS ACTIVIDADES

Empieza el cole... empieza la A.C.A en Basilia (mitre y P. Salverdi) y en San Vicente.
Te invitamos a pasar una tarde llena inolvidable y llena de alegria, con juegos, amigos nuevos, charlas y mas juegos!

Los horarios son:
* Aspirantes (7a 13 años) de 14.30 a 17:00 hs. en Basìlica y S. Vicente

* Prejus (14 a 17 años) de 16:00 a 18:30 hs en Colon 840
                    15:30 a 18:00 hs en la Capilla San Vicente

* Jóvenes (17 en adelante) 19:00 hs en Colon 840


Te esperamos!!!

Alabado sea Jesucristo


Jesus Misericordioso

Cuando Dios quiere revelar un mensaje a la humanidad, no busca a los más importantes y sabios, sino que se revela a través de los más sencillos y humildes, que saben ser dóciles a sus inspiraciones y gracias. Este es el caso del mensaje de la Divina Misericordia dado a la Santa Hna. María Faustina Kowalska, religiosa polaca, instrumento elegido y probado por el Señor.

Santa Faustina (como es conocida en el mundo entero) pertenecía a la Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia, conocidas como las "Hermanas Magdalenas" que se dedican a la educación de jóvenes de bajos recursos. Vemos como el Señor empieza a poner las piezas de su "rompecabezas de gracia", en un orden perfecto.  El revela Su Misericordia a una religiosa de la comunidad dedicada a Su Misericordia.

Santa Faustina estuvo en varias casas de su Orden, siempre realizando trabajos muy sencillos y desapercibidos, tales como la cocina, el jardín, la limpieza del convento o atendiendo la puerta. Precisamente es a esta hermana menos notoria a la que el Señor escoge para dar al mundo entero el gran mensaje de su Misericordia que a tantas almas ha tocado y transformado al propagarse por el mundo entero en momentos tan críticos para la humanidad.

La Misericordia de Dios es de una importancia inmensa para la Humanidad,especialmente en nuestros días, no solamente para los que han, sido atormentados horriblemente en lo pasado, sino aun más para los que viven en angustias e Incertidumbres a causa de un futuro más horroroso todavía.

Desde el año 1931. Nuestro Salvador Divino apa reció varias veces a Sor Marie Faustina, enseñán dole la “Devoción a la Misericordia Divina”, ordenándole la propagación de esta devoción. El Señor desea compeler, por medio de Sor María Faustina, a la infeliz Humanidad para que busque su salvación donde únicamente puede encontrarle: En, Su Divina Misericordia. De muchas partes vienen noticias concernientes á ruegos que la Misericordia de Dios ha concedido.


Alabado sea Jesucristo

Las Campanas del Templo

El templo había estado sobre una isla, dos millas mar adentro. Tenía un millar de campanas. Grandes y pequeñas campanas, labradas por los mejores artesanos del mundo. Cuando soplaba el viento o arreciaba la tormenta, todas las campanas del templo repicaban al unísono, produciendo una sinfonía que arrebataba a cuantos la escuchaban.

Pero, al cabo de los siglos, la isla se había hundido en el mar y, con ella, el templo y sus campanas. Una antigua tradición afirmaba que las campanas seguían repicando sin cesar y que cualquiera que escuchara atentamente podría oírlas.

Movido por esta tradición, un joven recorrió miles de millas, decidido a escuchar aquellas campanas. Estuvo sentado durante días en la orilla, frente al lugar en el que en otro tiempo se había alzado el templo, y escuchó con toda atención.

Pero lo único que oía era el ruido de las olas al romper contra la orilla. Hizo todos los esfuerzos posibles por alejar de sí el ruido de las olas, al objeto de poder oír las campanas. Pero todo fue en vano; el ruido del mar parecía inundar el universo.

Persistió en su empeño durante semanas. Cuando le invadió el desaliento, tuvo ocasión de escuchar a los sabios de la aldea, que hablaban con unción de la leyenda de las campanas del templo y de quienes las habían oído y certificaban lo fundado de la leyenda. Su corazón ardía en llamas al escuchar aquellas palabras… para retornar al desaliento cuando, tras nuevas semanas de esfuerzo, no obtuvo ningún resultado. Por fin decidió desistir de su intento. Tal vez él no estaba destinado a ser uno de aquellos seres afortunados a quienes les era dado oír las campanas. O tal vez no fuera cierta la leyenda. Regresaría a su casa y reconocería su fracaso. Era su último día en el lugar y decidió acudir una última vez a su observatorio, para decir adios al mar, al cielo, al viento y a los cocoteros.

Se tendió en la arena, contemplando el cielo y escuchando el sonido del mar. Aquel día no opuso resistencia a dicho sonido, sino que, por el contrario, se entregó a él y descubrió que el bramido de las olas era un sonido realmente dulce y agradable. Pronto quedó tan absorto en aquel sonido que apenas era consciente de sí mismo. Tan profundo era el silencio que producía en su corazón…

¡Y en medio de aquel silencio lo oyó! El tañido de una campanilla, seguido por el de otra, y otra, y otra… Y en seguida todas y cada una de las mil campanas del templo repicaban en una gloriosa armonía, y su corazón se vio transportado de asombro y alegría.


Alabado sea Jesucristo