Señor Jesús, al reunirnos en tu nombre, te rogamos ilumines nuestra inteligencia con la luz del Espíritu Santo, para discernir lo que es recto, aceptar lo que es bueno y descubrir la voluntad del Padre sobre nosotros.
Concédenos tu gracia para expresar con sencillez y claridad nuestro parecer y escuchar con espíritu abierto el pensamiento de los demás, a fin de que en diálogo fraterno asumamos mejor nuestro compromiso apostólico.
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.